Si acabas de conseguir o crear tu propia masa madre, ¡felicidades!
Tu masa madre es una combinación especial de levadura y bacterias, está viva y requiere alimentación regular, como una mascota. Para establecer una conexión con tu masa madre, muchos panaderos le ponen nombre. Esto puede ayudarte a recordar cuidarla y a sentirte responsable si te olvidas de alimentarla. ¡Así que adelante y elige un nombre para tu masa madre!
Para garantizar que se mantenga sana y activa, es importante alimentarla con regularidad. Si planeas hornear con frecuencia, es mejor mantener la masa madre a temperatura ambiente y alimentarla diariamente. Por otro lado, si eres un panadero más casual, puedes guardarla en el refri y alimentarla una vez a la semana. Vale la pena experimentar con diferentes rutinas de alimentación para encontrar la que mejor se ajusta a tus hábitos de horneado. Si te tomas el tiempo para mantener y cuidar tu masa madre, serás recompensado con un pan delicioso y lleno de sabor.
Si horneas más de un par de veces por semana, la mejor opción es mantener tu masa madre a temperatura ambiente. Esto se debe a que tu masa madre estará activa y lista para usarse cuando la necesites.
Para mantener tu masa madre a temperatura ambiente, puedes seguir estos pasos:
1. Alimenta tu masa madre con tu radio preferido, yo utilizo una proporción de 1:2:2 (por ejemplo, 25 g masa madre + 50 g agua + 50 g harina). Yo uso agua a temperatura ambiente y una mezcla 50/50 de harina integral y harina todo uso.
2. Cubre el frasco con la tapa sin apretar y guárdalo a temperatura ambiente, alejado de la luz solar directa.
3. Alimenta cada 12 a 24 horas.
Si no vas a hornear durante algunos días, puedes guardar tu masa madre en el refrigerador, ya que ralentiza el proceso de fermentación.
Para hacerlo, puedes seguir estos pasos:
1. Alimenta tu masa madre con una proporción de al menos 1:2:2 (por ejemplo, 25 g masa madre + 50 g agua + 50 g harina).Ten en cuenta que entre más alimentes tu masa madre, más tiempo tardará en consumir lo que le agregaste. Yo utilizo agua a temperatura ambiente y una mezcla 50/50 de harina integral y harina todo uso.
2. Tapa sin apretar el frasco y deja que la masa madre repose durante unos 30 minutos para que pueda comenzar el proceso de alimentación. Cuando estoy corta de tiempo, lo meto directamente en el refrigerador.
3. Cierra bien el frasco y guárdalo en el refrigerador.
4. Alimenta semanalmente. Sabras que tu masa madre necesita ser alimentada cuando haya un líquido marrón encima (aguardiente), la consistencia sea líquida y huela más ácido (como acetona).
5. Cuando necesites usar tu masa madre, sácala del refrigerador y de preferencia déjela a temperatura ambiente durante al menos 30 minutos antes de volver a alimentarla.
1. Mezcla tu masa madre.
2. Alimenta tu masa madre con una proporción de 1:2:2.
Por ejemplo, si necesitas 100 gramos de masa madre para tu receta, alimentarías 25 gramos de masa madre, 50 gramos de agua y 50 gramos de harina. Esto te dará 125 gramos de masa madre, de los cuales puedes usar 100 gramos para tu receta y aún te quedan 25 gramos para volver a alimentar). Yo utilizo agua a temperatura ambiente y una mezcla 50/50 de harina integral y harina todo uso.
3. Deja que tu masa madre alcance su punto máximo. Para comprobar si está lista, agrega una pequeña cantidad a un recipiente con agua, si flota, está lista para usar.
La masa madre generalmente duplicará su tamaño y se volverá burbujeante entre 4 y 12 horas después de ser alimentada; este es el mejor momento para usar ya que está en su punto máximo. Después de alcanzar su punto máximo, comenzará a desinflarse.
Existen variables que pueden afectar la lentitud o la rapidez con la que alcanzará su punto máximo.